Travesuras.

Salgo de ahí como si mi pequeña travesura me fuera a encontrar, tiro una piedrita en su ventana, espero que se asome, me escapo pero la veo diminuta y astuta con los ojos que tengo en la nuca…
La más conocida me niega los lados positivos, escose y confirmo que soy una experta silenciosa condescendiente con esa postura de ser de todo yo sintiéndome como que nunca fui de lo común, monótono.
No estoy en medio de dos travesuras pero me arde las maneras de la conocida, las descortesías de la no conocida, me desespera esto de no andar encontrando mi guión en sueños y que la primera para mi alegría o pesar no sea aventura mientras le doy golpecitos, me divierto desesperando a ambas, jugando con la curiosidad y el desconcierto que pueden dejar depositadas las palabras en lo incierto.