Se fue Pepe

No sé cómo escribía tanta cosa, tantos adjetivos siguen por aquí flotando, supongo esa era yo, ahora creo ser otra, claro, igual de extraviada...
Vine porque recordé que las cerezas siguen floreciendo aquí dentro, son las enemigas del E. Coli que quiere apoderarse de esa parte blandita que se resiste a perecer y que escurro con lágrimas tres veces a la semana.
Pepe, cabeza roja, el mejor ejemplo de amor y vida, se mudó el cinco de marzo del presente año, quién sabe a dónde, él ahora es poseedor del secreto mejor guardado de la muerte.
Llegó a mi casa en una cajita, rodeado de uvas y se fue en otra cajita rodeado de los juguetes que tanto amaba, con la mirada triste y sin luz, con la patita helada y mi desesperación porque la muerte había llegado y lo arrebataba de nuestro lado.
Queríamos muchas cosas, hubiera querido que se llame Lázaro, pero como la resurrección realmente nunca fue una opción...quisimos cremarlo, para tenerlo cerca, no fue posible, caímos en cuenta de que la muerte de uno para otros es la muerte de nadie... 
Entonces Pepe te llevamos lejos, ahí donde el transporte no llega, dónde hay una señora que paga barrido de calles pero todo es tierra, mucho más allá todavía. Se cavó un pequeño huequito en el pozo rajado, te envolvimos como todas las noches para que no tengas frío y te dejamos dormir, no sin antes pensar que polvo somos y en polvo nos convertiremos, no sin antes regar la tierra de lágrimas, no sin antes pensar que algún día nos encontraremos de nuevo.


 
Acerezada Blog Design by Ipietoon