Estoy avanzando en la novela que escribo, no voy muy lejos y me atasco, justo en el momento, cuando voy a dar a conocer a otro de los personajes principales, me quedo plantada, en seco… no sé cómo describirlo o a quién se pueda encontrar el personaje principal, hay una idea clara de quién es, pero físicamente es un misterio que mi imaginación no llega aún a resolver. Entonces comienzan las típicas excusas como para no escribir; me duele la cabeza, estoy cansada, tengo sueño, ando muy ocupada, no hay inspiración, la lista continua…
Un recuerdo me camina de un momento a otro y me hace caer en cuenta que semanas antes, de salir de vacaciones, me dirigía a la Universidad en transporte público, menos mal iba sentada mientras un grupo de masa humana sudorosa se colgaba de la baranda del bus, subió un hombre, un anciano que aún parecía tener fuerzas como para darle a cualquiera una golpiza, se veía agotado pero aún podía sonreír con la niña que iba parada a su costado y la madre incomoda que no sabía cómo acomodarse en el asiento con el bebé que llevaba en brazos y la niña ya nombrada… pensé en ese hombre, como el candidato perfecto para ser el personaje de mi historia… veamos como sigue… sí.
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