Llegaron las lluvias, hubo una tan fuerte que me arrastró a este pequeño espacio abandonado, nunca olvidado.
Leí la última entrada del blog y dos años no pasan en vano. Se aprende mucho, se pierde otro tanto y me siento mejor ahora. Hay una nueva versión de esta navegante, claro, no mentiré hay asuntos que me han dado revolcones en la orilla y en algún momento pensé que no podría levantar la cabeza más. Juro que lo pensé y quizás hasta en algún momento lo quise creer pero tiendo a levantarme por obra de una fuerza inexplicable...así con dificultad, así con pereza, así con llanto y así sintiendo que llevo el peso que carga Atlas sobre los hombros, con todo, sigo remando con optimismo hacia aquel horizonte, sin ninguna certeza pero con toda la ilusión, todita la ilusión.
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