Mañana.



Algunas mañanas sin sol y sin nubes yo iba, fascinada por el día cuando siempre fui de la noche, ahí me sentaba y escuchaba.
Una mañana coincidí con la enfermedad, una ausencia en ese momento se desparramó, el café descafeinado salió, una agradable plática y vuelcos en el corazón, la premonición ni siquiera alcanzaba esa idea de los años que le seguirían, mañanas sin sol que no se repiten.
Ya no pueden, ya no quieren asomarse por la calle donde pasaban autos y ahora sólo espíritus trotan...una sola de esas tantas mañanas sigue platicando con aquellos individuos desconocidos entre esbeltas comillas, la desconocida aún sigue diciendo "No faltes mucho a clases" una respuesta la golpea cariñosa suavemente "No para nada, sólo fue esta mañana".

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