La tregua.



Ayer terminé de leer "La tregua" de Mario Benedetti
¿Alguna opinión?
Muchas, pero ninguna que quiera escribir.
¿Por qué?
No me provoca.

Lo que sí, la recomiendo, léanla, Benedetti qué en paz descanse, pocas veces (ninguna) me decepciona.

Estoy camino a casa y escribo encima de una hoja arrugada, no entiendo si es el clima frío o las nubes que me hicieron pensar algo serio (bueno eso depende de qué sea serio para cada uno), usando en estas cavilaciones a un personaje del libro del muy grato Uruguayo (sí, Benedetti).

Toda mujer puede ser una Avellaneda, en el bus sentadita y escarbando palabras pienso que todas, hasta yo, podemos ser Avellaneda o ya lo somos y no lo sabemos. La de la mirada perdida que tengo al frente, la de labios delgados al lado suyo, posiblemente la que se dormía al lado mío antes de que se bajara en el paradero que la llevaría a su destino, la que estaba de pie y se sentó cuando la otra bajó.
Todas esas que tienen nombre y tampoco importa cuál es, podrían ser la Avellaneda de algún padre, la Avellaneda de un hermano, la Avellaneda de otra Avellaneda, la Avellaneda de algún hombre bueno o desgraciado o sencillamente la Avellaneda de sí misma.

Era necesario Mario.




(07/04/2011)

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