Lástima y hambre.



Se oye el sonido del empaque de una golosina al abrir, el eco irremediablemente llega hasta mi estómago y me da hambre, estoy atenta a la clase, sé perfectamente que habla sobre la preferencia que se tiene por el blanco sobre el indio, cómo éste último trata de recuperar el espacio que le fue quitado por medio de la informalidad y la migración, continuando con su patrón de comportamiento en los asentamientos humanos llamados antes "Pueblos jóvenes", dominan la situación económica pero aún no la cultural, siempre hay una disputa invisible entre ambos, racismo de una parte y de la otra...
Ese puede ser un pequeño resumen de lo que trata la clase de Patrimonio Cultural el día de hoy pero tengo hambre y me muero por comer algo, es curioso pero esta clase siempre me da hambre, sospecho que es por la hora, medio día es la peor hora para un estómago hambriento, van a ser ya 3 años de lo mismo así que se puede decir que estoy acostumbrada sin embargo días como hoy y clases como ésta me hacen desear devorar...entonces a falta de ideas o de comida buenas son las palabras, yo ya las vomito en papel porque es esto o pensar seriamente en comida.
Pero ya lejos de la comida, el hambre y las palabras, no sé ni cómo presto en cierta forma atención a la cátedra, cuando en mí se encierran varias interrogantes para dos entes opuestos que ya están instalados en mis pensamientos e interés y eso me asusta...
No sé si me asusto por quién sabe todo y es irremediable que se encuentre ahí, me asusto más o completamente por quién aún no tiene idea clara de lo que pasa y que es mejor que no sepa porque sólo sería un problema...
Es simpático observar a dos personas opuestas sentadas frente a frente en algún sillón que les ha provisto mis pensamientos, tal vez comiendo algo que les ofreció mi interés pero es tan putamente irónico que a las justa y saben que respiran vida...
Me leo y siento lástima por ellos pero más lástima por mí.

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