Algunas colillas de cigarro nos tienen sin cuidado, algunas caen de mis manos, ahora las desvisto y veo tus iniciales en la base, antes de que se queme, antes de que nos quememos y no tengamos vuelta atrás ¿Ya no hay vuelta atrás?
Los cielos nublados, el tuyo y el mío, disparados de Norte a Sur, no tienen punto de encuentro, las nubes que quiero que veas no las ves, la cara de mi luna es la cara de un atardecer, estamos desfasados como nuestros cielos y las estaciones estas en las que yo soy verano nublado frío y tu invierno frío casi todo el año.
Si pudieras tocar mi vacío pecho te darías cuenta que necesito que metas tu puño en donde estaba mi corazón y lo hagas latir…es una ilusión de la nicotina y de mis pulmones antes rosados ahora quizás negros, le robo cinco minutos a la vida que no vivo, de la que me escondo, de la que te escondes.
Estoy desvariando, sobrecargando algo que nunca cargamos, recordando enero un enero con lámparas de lava en el fondo, una de mis primeras semanas con especial de arroz ausente a la carta, una llegada, una confesión que me cambiaría y que crearía esto que hay y que nunca hubo, sobrecargándonos a la tarjeta de crédito de la vida, cargada de eso.
Las colillas me dan mucho trabajo y esperar que se forme esa letra que me gusta, me haré humo.
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