Últimamente me dejo leer, dejo que los demás lean lo que escribo a trozos por medio de Twitter frases cortas, frases que a veces pueden resumir todo eso que siento, a diferencia de mi yo antigua que no dejaba que nadie leyera lo que escribía.
El blog supongo que ya fue un buen comienzo a algo.
Cuando era niña me la pasaba escribiendo o adaptando mis series de televisión u historias favoritas a mi manera y creaba algún personaje que metía en la historia y que me representaba a mí de cierta forma en la historia.
Siempre fui tímida, con el tiempo me hice menos tímida sin embargo lo soy y una manera de liberarme de la timidez era escribiendo o actuando, ahora ha cambiado un poco la situación sin embargo escribir creo que fue algo que me acompañó toda la vida.
De niña prefería siempre leer una buena novela a algún poema de los que sobraban en casa, pues mi madre amaba y ama la poesía y yo la detestaba, recuerdo perfectamente que en el colegio cada vez que me hacían interpretar un poema sufría y sufría.
Ya desde hace dos años la disfruto a morir y cada vez la entiendo más.
Algo que me gusta de la poesía es que cada uno puede interpretarla a su manera, el poeta puede estar refiriéndose a sólo una cosa, puede estar de repente describiendo un sentimiento íntimo, propio de él y se expone a ti y al exponerse se esconde en cierta forma, lo lees y lo interpretas como te venga en gana, yo no soy tan partidaria como mi profesora de literatura de interpretar el poema como todos creen que es, creo en la individualidad de las personas y que cada uno sabrá de qué manera interpretar el poema.
Esa es una de las libertades que te da el arte y de las que más disfruto, soy muy poco de pegarme a reglas, las reglas son buenas, la disciplina es buena, pero cuando se trata de creatividad yo creo que no hay límites ni hay reglas que valgan, es tal vez uno de los pocos momentos en la vida en las que puede ser realmente anarquista, ser realmente uno y expresarse como uno quiera sin tener que estar bajo un sistema, bajo la lógica, ni bajo todas esas cosas a las que estamos sujetos.
A veces es bueno volar ¿saben? Aunque no es recomendable de que lo hagan como yo, pues lo mío es constante, soy de volar constante…constante, constante.
Acaba de pasar el que vendrá
proscrito, a sentarse en mi triple desarrollo;
acaba de pasar criminalmente.
Acaba de sentarse más acá,
a un cuerpo de distancia de mi alma,
el que vino en un asno a enflaquecerme;
acaba de sentarse de pie, lívido.
Acaba de darme lo que está acabado,
el calor del fuego y el pronombre inmenso
que el animal crió bajo su cola.
Acaba
de expresarme su duda sobre hipótesis lejanas
que él aleja, aún más, con la mirada.
Acaba de hacer al bien los honores que le tocan
en virtud del infame paquidermo,
por lo soñado en mi y en él matado.
Acaba de ponerme (no hay primera)
su segunda aflixión en plenos lomos
y su tercer sudor en plena lágrima.
Acaba de pasar sin haber venido.
12 de Noviembre de 1937
Cesar Vallejo
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