Yo orgullosa mula, el resto de la cuasi reducida población; caballos asustadizos.


La Silla de Van Gogh, Vincent Van Gogh, 1889

Hace tiempo que no escribo, tampoco tengo ya mucho que escribir, últimamente todo lo que escribí se hundía en el pasado, uno que dista mucho de grandioso pero que es parte de mi vida, de la cual me siento orgullosa.
Es bonito tener veinte años y ver como pasa la vida, cómo se va y vienen nuevas experiencias.
Los finales así como dolorosos e incomprensibles son refrescantes y esperanzadores, a veces estas dos ultimas cualidades, entierran la cabeza bajo tierra y no podemos entender ni ver más allá de lo complicado y doloroso que es cambiar o sentir que alguien jaló la cadena del baño e ahí se iban todas las buenas mierdas que agradeciste y festejaste creyendo tal vez, ingenuamente que serían eternas o que al menos serían trascendentes como se pintaban.
¿Saben? La última entrada que también fue del pasado… me hizo recordar de nuevo de que no todo lo que brilla es oro, no todas las promesas dejan de ser promesas, ni las buenas intenciones se materializan en realidades.
No sé a estas alturas de mi vida, si es la gente la que me decepciona o es que yo espero y sigo siendo una crédula insufrible.
Me he equivocado…¡Tantas veces!
Y he tropezado con los mismo errores ¡Tantas otras!…
Siempre me gusta creer lo mejor de las personas, me gusta creer que las personas tienen el mismo valor que yo creo tener para afrontar las dificultades y retos.
Pero las personas, no son así, tienen valor propio único, pero no son así.
Me hacen recordar a los caballos… cuando se asustan; retroceden, se levantan en dos patas, te botan al piso y huyen.
Tienen miedo y también incapacidad de comprometerse con los retos.
Yo soy una persona que también tienen miedo, pero no me voy corriendo; me paralizo, tomo aire pero me arriesgo por todo lo que creo que en verdad vale la pena. Así sea descabellado, me entrego totalmente y aunque me lamente de hacer así algunas veces o casi siempre… me gusta ser así y tener la valentía de no retroceder, me siento orgullosa de ser terca como una mula *Se ríe*
Sí, terca, una cualidad que viene de mis progenitores.
Eso mi sexto sentido me dice que me hará grande o cavará mis desgracias, me inclino más por lo primero. Me gusta ser optimista conmigo y cuando vienen los momentos de depresión también los vivo intensamente, prueba de ello es este blog que tiene pasajes de mi vida que ni recuerdo o entiendo pero que han valido muchísimo.
Me siento muy dolida actualmente.
Pero lo estoy superando, me estoy superando y me sorprende, que ya no me duela tanto como me dolería antes, los años te reposan y sólo tengo veinte, lo que es más gracioso.
También me han ayudado a ser comprensiva, no juzgo ni me juzgo tanto, es bueno alejarse de las personas con fuerte crítica sobre sí mismos , a veces no es necesario alejarse, a veces esas personas optan por hacerlo solos y sin ayuda.
Y así como ellos se alejan solos y sin ayuda, yo también me levanto sola y sin ayuda.
Quienes me conocen saben que los quiero pero mis cuestiones personales son mías y las arreglo sola, lo que me hace sentirme bien, a este jodido mundo las personas vienen solas y se ven de la misma manera, con un montón de recuerdos y experiencia acumulada que se pierden en el largo sueño de la muerte hasta una próxima re encarnación o hasta nunca.
Entonces cada vez las bofetadas que me da la vida, me enseñan a ser fuerte, como un bonito Pino, que crece y crece y sigue creciendo.
No soy perfecta, soy muy irónica y a veces me ahogo en vasos de agua pero puedo afirmar que no hay nada mejor que vivir, dejar vivir y encontrar o ser encontrada por nuevas experiencias y personas que no sean ya como los caballos de siempre, prefiero mulas entregadas a una causa.

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