Cuando tengo tiempo...




Estoy decidida, tuve bajones, me di tiempo para deprimirme en la oscuridad de mi habitación, tal vez sólo faltó la velita, la luz del celular, el sonido de la lluvia ¿Cómo será cuando tenga tiempo?
Estoy sentada en el medio, con telarañas en las rodillas, la mente se fue a pasear un ratito en lo que fue y lo que sería si ya no duermo de ese lado, en algún momento me temblaron las piernas, es un gran paso.
El estómago me gruñe, no tengo tiempo para atenderlo, no me molesta que las telarañas cuelguen de ese inútil cuadro de la Virgen en la que nunca he creído, la que rellena un pequeño espacio de la pared olvidada de mi habitación, esa a la que siempre doy la espalda.
No me interesan mis nudillos color algo…estoy pensando en mí, también “en”, dónde acaba “en” empieza un pellizquito de angustia, de buenos deseos, esperanzas que trepan la intensidad y se descuelgan, en música alegre que nunca escucharía sino hubiera decidido a hacer de éste, un día feliz, estoy cansada de estar triste, cansada de dar a manos llenas…

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