Perdida bajo algún cielo.

Me quedé con la mirada perdida en el celeste del cielo, los cielos son muy celestes, los cielos que son el cielo seguro también te observan, a lo lejos se queda pensativo, cuando pierdes las llave antes de entrar a casa, haces una rabieta pequeña, casi muda y esperas que alguien salga, que alguien te dé una mano, una llave para ser más exactos.
No te imaginas que él te observa con ojos celestes, apuesta que tú puedes nadar y dormir entre sus copos de nubes, los copos que no se atreven a clausurarlo, cuando te dignas a subir la mirada y ver más que celeste y nubes.
Sigues perdiendo las llaves, supongo, pero mientras tú sólo ves un cielo o sospechas que hay varios que es uno, no imaginas que yo intento verte desde aquí y desde allá, que trato de escapar de lo que pierdes y olvidas e intento velarte el sueño.
No imaginas que cuando miro al cielo te trato de hallar en alguna nube.
Es culpa mía por querer ver siempre más allá, es mi culpa para que el peso no te agobie, para que no te asustes y pierdas las llaves bajo algún cielo Noruego o Español y me sea más difícil hallarte y reconocer que esas no eran tus llaves, ni eras tú.


Los descargadores de Arles, Vincent Van Gogh, 1888

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