Semana santa digo tranca, no, santa, no, da igual.




País católico, costumbres católicas que ya casi no se sienten.
Semana santa comienza, entre procesiones de aquí y allá, calles cerradas, embotellamiento de autos, estatuas de santos, vírgenes y Jesús llevando en las cabezas cabellos de muertos, velas prendidas que ya no queman las manos, uno que otro vendedor ofreciendo algodón dulce, manzanas acarameladas, fresas bañadas en chocolate, buñuelos, olor a mirra…hasta que llega el Jueves Santo y las iglesias se abarrotan de gente que recorren las estaciones, siete iglesias en total si es que los pies dan, alcohol por aquí y por allá aunque esté prohibido, gente mayor indignada por la “juventud perdida”, risas, arroz con leche, mazamorra morada, mazamorra de trigo hasta que llega Viernes Santo, “nadie” come carne, algunos dejan de vomitar el alcohol ingerido, películas del año cuatro sobre la vida de Jesucristo y pasajes de la Biblia (como la que mi televisor transmite en estos momentos), un cardenal pobre diablo que habla por la televisión (ojalá que me excomulguen), hacer nada, leer algún libro, hacer lo de siempre, aburrirse más de costumbre y de ahí Sábado Santo que pasa desapercibido mientras Domingo Santo o día de resurrección llega con la quema de Judas en alguna plaza de la ciudad, un muñequito fabricado especialmente para ese día con la cara de algún político, yo quemaría a todos en especial muñequitos con la cara de los actuales candidatos a la presidencia “Dios que NO existe los bendiga”, pasa el día, pena porque al día siguiente se vuelve a las labores del día a día aunque ya para muchos desde el sábado comenzó la tortura, vuelve el Lunes nada santo y todo el mundo se olvida de que Dios existe, hasta él mismo.

0 comentarios:

 
Acerezada Blog Design by Ipietoon