Familia dinosaurio...



Gaza roja que cosí en los ojos del elefante, ya no mira feo sólo sangra, los dedos muertos siguen el compás de las mentiras blancas muertas, la muerte rodea nuestros pensamientos voladores en busca de mi sonrisa, así que no me levanté temprano, el agua se enfría por eso la ducha se emborracha , siento celos de la muñeca de piernas abiertas que dejé abandonada cuando era una infante, después de tanto golpearla con la punta metálica del paraguas me observa de lejos con la cabeza entre las piernas sucede que dos botas se fastidian, que mis sábanas trapean el piso, que la vaca me ama desde la bolsa de gato, yo sé que la ella me extraña, que Pino y Amor no volverán, los extraño y la extraño, suplico porque salga ese “puede ser” la única manera de salvar lo que queda de los dinosaurios, no los de Charlie qué esos se mueras sino los míos, mis dinosaurios, mi familia de lenguas ásperas, compañeros de deidad, tan añejos como el vino de mis ovarios, quisiera haberles brindado un funeral digno de nuestros antepasados pero me conformo con el calor que me dejaron en el pecho, con la ducha esperándome y todo ese tiempo en que era más animal que mujer, cuando era libre al atardecer del tercer piso, nuestro tercer piso familiar más una silla rota, 17 confundidos, celular extraviado y basura.

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