Eternamente otro día...




Ahora detenidamente te puedo leer, al fin ya me he enfriado, después de horas y horas en las que te vi venir e irte sin una sola palabra de por medio. Ya es otro día y en ese otro día puedo recién leerte respirando hondo y sin buscarme en alguna palabra, buscarnos en una frase.
Ahora sé que estoy quemada cuando yo escribo, te escribo sin escribirte porque ya lo hice, en ese momento el corazón me latía como si estuviera vivo, se lo creyó por un rato y luego de nuevo dejó de latir, las manos me quemaban, estaba muy acelerada.
Ahora estoy agotada, puedo sentarme tranquilamente y leerte eternamente.

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