Mañana temprano.

Atardecer, Edvard Munch, 1888

No entiendo como hay gente que se levanta temprano, no entiendo como se ponen a ver el noticiero de la mañana ni como hacen el café con los ojos aún pegados con cinta adhesiva a algún sueño húmedo o sueño bonito, no, menos aún cómo se escapan del calorcito de la cama, yo tampoco sé cómo lo hacía cuando iba al colegio, ni cómo salía sin maquillaje y con ése uniforme espantoso, no lo entiendo y me asquea pensar en mí en esos años, me compadezco también, mis clases en la Universidad son en la tarde menos mal.
Amo la noche, amo levantarme tarde ¿por cuánto más tendré esas gangas?.

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