Ayer fue mi cumpleaños.
Y a las justas pude rascarme la nariz, tenía un examen de arqueología, prácticas a las que deliberadamente no fui y compromisos que atender por ser el día de mi cumpleaños, primero con la familia y luego la sorpresa de los amigos, un pastel de cumpleaños.
Hoy me acordé que al cumplir veinte escribí algo y también cometí una que otra travesura. He recordado todo y como era de esperarse no fue igual al año pasado.
Los "amigos" que se estaban incorporando a mi vida y que en realidad es uno, ya no están, ya no está. Todo tiene un final. Sin embargo guardo tan buen recuerdo de los 20 como estoy segura de los 21. Es un paso más hacia la vejez pero también es la prueba real de que tengo la suerte de cumplir un año más de vida, de seguir viviendo y de seguir con mis proyectos.
Le agradezco a la vida y a las personas incondicionales a mí, en especial mis padres, éste regalo que es vivir.