Me gustaba estar ahí donde no hay nada mio, ahí en donde los problemas son diminutos, hay tiempo para pensar, para exprimirme el cerebro, desayunos normales, almuerzos simples, cenas que nunca tuve.
Aquí de nuevo, recuerdo que todo sigue como lo dejé, que tengo que seguir luchando por sobrevivir y que mi vida es como es, nunca será normal, me gusta pero quería probar más y más.
Orrantia, Fernando de Szyzlo, 1992 |
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