Repasando imágenes con plumón, esperaba y me sentía el monje frente al paisaje azul, el monje de la amistad, de tierras rosadas y cielos turquesas, yo me sentía.
Repasando palabras con un crayón pisado, pisado de tiempo era la uva del vino, la uva de los silencios y del tómame con la garganta clausurada.
Repasando pestañas con sueño, uno perdido, otro ganado, abrazando el olor de mi almohada, el olor del amanecer en abrir uno y cerrar dos de ojos, eran y son cuatro.
Yo repasaba y te repasaba con los dedos, sabrosos y dulces, tú me repasabas con silencio indiferente, en la mesa de trabajo, ausente y ausentes nos repasábamos y nunca pasábamos.
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