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| Cajamarca 2013, Baños del Inca |
Me extraño escribiendo...
Lo he escrito antes ¿sabes?
Extraño crear por crear, no porque tenga que hacer un trabajo, no porque he leído un libro y quiera comentar, no porque quiera ganar un concurso y esté seca, no.
Escribir por escribir, que las letras, el teclado, la fundida máquina de escribir sean una extensión de mi cuerpo. Que sufra cada una de ellas y sonrían desde que se trazaron hasta que se pierdan en el último suspiro.
Extraño a esa niña melancólica que creía locamente en los amores imposibles y los disfrutaba escribiendo y diciendo "te amo" con cada palabra incipiente y pueril.
Me extraño con locura y hasta olvido la amargura de un sino sin futuro.
Ahora no soy más que un costal lleno de metas que no son mías, inflada de ironía y pena. Me siento así, llegando al límite y no pudiendo exprimirme el cerebro para mezclar la incoherencia en las frases más coherentes que alguna vez escribí.
Supongo que mi espontanea muchacha de diecinueve o veinte años aún corre por esos prados de locura y de escribir por escribir, sólo porque las arañas posan las patas en la cera luminosa que nos recorre el cuerpo, suben y bajan.
Estamos ahí escondidas, ¿cuándo nos dejarás ser?
¿Acaso tanto daño te hizo querer? o debo decir ¿Amar?
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