En acción...

Hoy no dormiré, aunque quiera y aunque no menos mal en este momento, por eso dormí temprano ayer, por eso no hice nada los días pasados…no sé bien si es la adrenalina o qué mierda pero dejar trabajos a último momento y tener al reloj pisándote los talones es uno de mis hobbies, uno de esos placeres pecaminosos que debo dejar si quiero empezar a cambiar porque sí quiero pero no sé exactamente cómo, esa es la parte que demora, la parte fastidiosa viene para después.
Tenía un amigo que no era amigo y que a veces decía ¿Para qué quieres cambiar? ¿Por qué?, sucede lo siguiente…uno cambia porque sabe o cree por experiencia propia de que las cosas no van bien y uno se puede superar cambiando ciertos hábitos negativos como dejar trabajos a último momento en mi caso.
Me encanta ser niña, no hacer planes, no tener futuro y no preocuparme por nada y ni a veces por mí ¡Es tan divertido y tan dañino a la vez! Pero hasta hace un algo me puse a pensar en todo, mi futuro sigue siendo una nube de colores difusos, aún sigo sentada en el limbo pero ya es hora que coja de los cabellos al presente y a partir de este comenzar a moldear lo que se supone que será mi futuro y voy a comenzar a hacer hoy, un hoy de varias cosas sacrificadas, algo de seriedad, menos de noche, tomar en serio todo aquello que no tomo en serio.
Pero por ahora esas son buenas intenciones, me quiero ver en acción.

Puro sueño.

Los parpados pesan puede ser que llevan mancuernas en las pestañas.

Algunas personas, una persona...

Momentos antes de dormir pienso en las salidas, en las entradas, en las llegadas y en las idas…

No estoy inspirada para escribir, pero estoy contenta y pasan muchas cosas, entre ellas que no puedo evitar sonreír cada que te leo, un puñado de palabras y mil deseos compartidos me pueden sanar el alma descompuesta, las penas más profundas…

No sé por qué pero hay personas que tienen esa magia, hay personas que te pueden elevar, personas que te dan ánimos para continuar, para superarte, ser mejor, de cariño sincero y sonrisas que quieres palpar.

Eternamente otro día...

Ahora detenidamente te puedo leer, al fin ya me he enfriado, después de horas y horas en las que te vi venir e irte sin una sola palabra de por medio. Ya es otro día y en ese otro día puedo recién leerte respirando hondo y sin buscarme en alguna palabra, buscarnos en una frase.
Ahora sé que estoy quemada cuando yo escribo, te escribo sin escribirte porque ya lo hice, en ese momento el corazón me latía como si estuviera vivo, se lo creyó por un rato y luego de nuevo dejó de latir, las manos me quemaban, estaba muy acelerada.
Ahora estoy agotada, puedo sentarme tranquilamente y leerte eternamente.

Un dardo para ti...un dardo para mí.

Cuando se dicen las cosas que se tienen engrampadas en el pecho, es cuando respiro, aunque haya incertidumbre en cuanto a respuestas, actitudes, gestos y risas.

Gotitas de sangre se comienzan a dibujar encima del pañuelo y es que yo lo siento, con sangre plasmo, con pasión me entrego a la vida que quiero, con miedo me oculto, con vergüenza lleno mis mejillas y todo eso se me da ahora que lancé un dardo a la suerte o a lo que está ahí y no veo.

Curva pronunciada...

Tengo una pena alegre atravesada en el cerebro con anexo al cuello, al corazón y al estómago, las letras de antes no son las de ahora, ya se vislumbra un abismo entre la elocuencia soñadora y el silencio aburrido.
Quiero pensar que aún no llega el fin, que este es un mal sueño, necesito un pellizco y resbalarme por la curva pronunciada y única que lo caracteriza.

Destroza...

Desde hace unos días eso que había, esa complicidad, esa sensibilidad parece haber desaparecido y sólo parece dolerme a mí, porque parece que soy la única del par que siente en verdad haber perdido lo que quiero profundamente.

Te debo esta demencia, que ahí se secaron mis lágrimas.

Balbuceos...

Puedo dar en serio, el espanto que probablemente se lleve encuentro, no es mi lío pero no quiero a espanto sino a comprensión, yo sé que nací con una pierna en la cabeza, que mis dedos son repelente, balbuceo cuando puedo, un capricho con pies de pescado en 7 centímetros y todas esas ideas que se saben y no son necesarias que las diga antes de la 30 con garabatos dantescos arrasando con las tarjetas, la seriedad absurda.

Dónde me sumerjo es amargo no por serlo realmente, sino por el color y las cucharitas de azúcar que le agregan y no decir que la tercera persona en singular se escapa de la responsabilidad pero lo hace todo, desde que eligió esos genes.

Voy a seguir pataleando hasta que no exista ya ese horario del 2007 detrás de la puerta.

Familia dinosaurio...

Gaza roja que cosí en los ojos del elefante, ya no mira feo sólo sangra, los dedos muertos siguen el compás de las mentiras blancas muertas, la muerte rodea nuestros pensamientos voladores en busca de mi sonrisa, así que no me levanté temprano, el agua se enfría por eso la ducha se emborracha , siento celos de la muñeca de piernas abiertas que dejé abandonada cuando era una infante, después de tanto golpearla con la punta metálica del paraguas me observa de lejos con la cabeza entre las piernas sucede que dos botas se fastidian, que mis sábanas trapean el piso, que la vaca me ama desde la bolsa de gato, yo sé que la ella me extraña, que Pino y Amor no volverán, los extraño y la extraño, suplico porque salga ese “puede ser” la única manera de salvar lo que queda de los dinosaurios, no los de Charlie qué esos se mueras sino los míos, mis dinosaurios, mi familia de lenguas ásperas, compañeros de deidad, tan añejos como el vino de mis ovarios, quisiera haberles brindado un funeral digno de nuestros antepasados pero me conformo con el calor que me dejaron en el pecho, con la ducha esperándome y todo ese tiempo en que era más animal que mujer, cuando era libre al atardecer del tercer piso, nuestro tercer piso familiar más una silla rota, 17 confundidos, celular extraviado y basura.

Te odio con gusto.

Entraste para que te desilusione, para que me llames Andrea y te deteste, porque te detesto y me gustas más cuando te detesto con ganas, con furia… ¿cómo puedo responder a tu amor? ¿cómo te digo que no te quiero?, porque no te quiero y quiero que seas sólo una noche jodida, una sola en la que te ilusiones, te destroce el alma, los sentimientos, que comiences a morir lentamente, yo que soy vegetariana, yo que te odio con gusto.

Si supieras...

Y si supieras que no estamos en Mayo pero qué ebrios te veían mis pies, mi alma te tenía en la espalda, eras atlas, yo te adoraba no la verdad es que yo te olvidaba, que si tu quisieras, que si yo quisiera, que nadie quería porque era Enero, yo te vomitaba y me resumía en yo hasta después de las 11, con los pies fríos y las narices calientes.

Los caballos sí.

Todos quieren los fragmentos, yo te deseo a fragmentos de pies a cabeza, con mentiras y verdades incluidas.
Olemos a mierda, el gato nos cree sillón, nos cree madeja de lana, él nos cree pero nosotros no a él pues se olvidó de la tetera en el agua, cree que no me enteré que lo vi deshidratado raspándome con la lengua, quiere un fragmento tuyo pero yo te quiero completo.
Cuándo te tuve entre mis brazos era un niño y yo un esperma, fui la ganadora y tú te pintabas con los perdedores la cara, esos no alguien te odian profundamente, pero yo que amo que andes desparramado, descuartizado porque yo, fui yo quien te ató a los caballos.
Mi amor no te ama, los caballos sí.

Junio...

Cuando acabe Junio olvidaré de que cumplías años pero bueno eso lo olvidé desde que empezó.

Ya estaba vacía...

Crearé una página web dónde ponga en venta lo poco que queda de ti, queda nada, los papeles moqueados te los regalo, me debes lágrimas, vienes por más pero ya no tengo nada, te lo llevaste todo y te miento porque no te di nada, no hay único ni nada cuando ya estaba vacía.

Enfermos de amor.

Y cuando despiertes ambos nos columpiaremos del cuello, con los ojos abiertos al vacío a mi odio, a tu debilidad, a las balas del tiempo, a los colores, cuando derrites oro en mi boca, cuando te momifico, desparramo tu cerebro.

Cuando aún no somos personas y tenemos 3 años, que nos comeremos a un feto, que nos comimos a un producto del amor, mientras le chupabas el dedito yo hice de la sangre dulce chicha salada.

Ahora que tenemos 50 me miras bonito y odias que sea sensible y cursi, yo en mis bodas de oro odio tu silencio y esas paltas que te haces para absorberme la vida, es que sigo con jugo, no me seco, yo tengo más, que somos bien surrealistas yo sé, pero sólo andamos tristes y jodidos por las cuentas.

Más alto colúmpiame al cielo que yo te llevo al centro de la tierra, pero ámame cariño, así de enfermos no existimos.

Juzga.

Juzga lo que quieras, lo que no quieras, juzga al cíclope que lleva conmigo el lado femenino, juzga a la mañana y a la noche, juzga a mis manos blancas, juzga los pensamientos pecaminosos que te encierran y hacen cosquillas, juzga a la confusión, juzga a mi apetito voraz que te come, escupe y vuelve a comer, juzga lo que termina pero empieza, juzga mi nombre por acá, juzga que te carcome las pupilas, juzga a las monedas, juzga que quiero comenzarte hasta decir basta, juzga que no quiero acabar, juzga que muevo las caderas invisibles, juzga que me daño los labios besando suspiros, juzga, juzga, juzga, juzga, porque yo te juzgo nunca.

Drama mutilado...

Con tres calmantes a base de Soja, diente de león, zen y no sé qué más siento sueño, hambre, calma aunque hace unos minutos los ojos se me volvían pelotas de golf y era tormenta, por mis venas corría vidrio molido, quería algo adictivo, caer, caer, caer, caer hasta no saber si hoy es Domingo o qué o todo.

Tan frágil, qué frágil, ¡Demonios!... ¿De dónde habré heredado tanta sensibilidad? ¿Dónde nacerá este cariño? ¿Acaso tú, luz amarilla con pecas arcoíris sabes?

Íbamos a morir en esta casa ahogados en lágrimas e incredulidad, verde y anaranjado, alcohol medicinal e inservible para la herida, esa que ya ahora está curada aplicándole palabras y cebollas, eran dos tajadas en cada ojo y un dedo rebanados, la almohada golpeada ¿Y sino cambio? ¿Y si dejo de ser yo? ¿Existe un yo con límites?

Quería gritar y también desaparecer, desaparecerte, borrarnos, borrarme y a ti, al caos, ser unicornio, jugar con luces de Neón y no volver, estaba deshecha en jaqueca, en sufrimiento auténtico, nos arranqué del mapamundi y lo arranqué a él de mi piel enojada , destrocé una imagen, pobre guitarrista, me comía las lágrimas deshidratadas.

Agachada con suspiros atravesados entre los dedos, miedo en los intestinos, fondo azul, cama verde, situación surrealista que quiere tomarte de los caballos debe ser, no quiero que seas y sí quiero pero no con ese precio y sí con todo lo que conlleve si es que si y sólo si, sólo así quiero que sea así.

Yo sólo quiero que los dedos no mutilados habiten en las mismas manos ajenas propias, que duerman en la misma cama y bajos las mismas sábanas que el viento y el esfuerzo se encarguen de tejer, que los naipes se vayan a la mierda, es difícil y placentero pensar lo que pienso.

Ya no vomitar caramelos acidos por el cabello, no aplastar arañas con furia placentera, que si me lleva no sea sólo a mí, qué pueda todo, ¡mierda! Todo, pan y cebolla, todo infinito.

Conjunto vacío para todos menos dos.

Esta noche tengo mucho que decir, pero nada de todo lo que tengo que decir es para algún curioso que lea esta entrada de blog, es para mí y para quien brilla por su ausencia…

Aterrada...

En esta noche pensé en que no estabas y no estabas ¿por qué no estabas?...tenía miedo y me acosaban, me hablaban mil cosas, me daba risa nerviosa, un ataque y esperaba que me acariciaras con tus palabras pero no estabas, no te encontrabas, tu mente no estaba conmigo y yo estaba aterrada, me decían cosas cuerdas pero eres lo único real que existe, esas palabras me clavaban la espalda, yo te veo con los ojos cerrados cosa que ellos no pueden ver pero tú no estabas y qué miedo, estaba aterrada, aterrada, aterrada…

Miento.

Después de dar el primer paso, miento, el segundo de los segundos resulta parecer que fue inútil, pues me encuentro en el mismo lugar de siempre ansiosa pero calladamente triste, ayer desperdicié algunas lágrimas antes de dormir sentada e incómoda, así como desperdicié el dinero comprando el café con leche condensada y la galletita de almendra que fue lo mejor de todo, estaba en una calle angosta, después en una avenida salté de emoción y esperanza que se apagó ahora, justo ahora cuando llegó la mañana.

No sé bien que esperaba, la verdad sí.

Dictó la gripe...

Estoy pero no estoy, ni quiero estar y alguien me pregunta ¿Qué fecha?, no sé, no me interesa, debería interesarme pero no.

Todo trata de documentos, patrimonio documental, la capital del Virreynato, estudiar en la San Marcos hace tiempo, cero mujeres, sólo tres carreras (Juris consultus, teología y medicina) qué miserable ser mujer en esa época (aún ahora), pero todo eso es un eco en mi cabeza, un eco borroso (definan eso).

Hago como que no me doy cuenta y paso cerquita, la garganta me raspó y casi iba a toser, seguro voltearía la cabeza, pero me contengo y soy la viva imagen de algún espíritu que salió, se escapó de mí de esa casa.

Fue extraño, ayer, hoy y siempre, llamando a las letras, me sale un bostezo y quiero ocultarlo mientras un par de dedos golpea el teclado de la lila, me siento tranquila, estoy a medias no sé si de el camino pero no sé si tampoco hay uno.

Creía que estaba afiebrada y con mirada pueril le pregunto, les pregunto ¿Tengo fiebre?, hago puchero jugando al sí y no, fresquita y caliente, pero no entiendo nada de la cabeza de archivos, mi ser, yo, cómo me llamen no quiere pensar en que debe memorizar, aprender algo de la vida de Juan XXIII, hay una pausa, supongo que sigo aquí pero mi concentración está en lavaza, una que aún no realizo...

Recuerdo "mira qué bien se a acomodado tu cuñadito", risita burlona, empieza la pesadilla, yo no tengo hermanos, ni cuñaditos, aunque era y no era para mí lo dicho.

Encuentran ahí.

Un dedo manchado apunta los cabellos castaños, rubio cenizo dicen las tijeras, ellos sueñan entrelazarse con los rubios o tal vez oscuros, quieren pasarse sueños en silencio y con palabras llenar cada espacio de una habitación que se encuentra parada en una esquinita de las uñas de color verde, algún cantante está a punto de llorar pero yo sólo necesito carboncillo que me dibuje ojos para ver y se escapa te porque no quiere ser visto junto a la palabra, no quiere la atención aunque cada palabra estúpida de sentimientos que no hallan cómo decirse se encuentren dedicadas unas a otras.

Ellas tienen miedo.

Día de limpieza...

Sábado el día de “La limpieza”, mis cinco minutos de ama de casa desempleada, el momento de hallarme entre ropa, libros, anillos y el lapicero anaranjado con el que escribo.

Es lindo verme con mandilito anaranjado también, el cabello amarrado caminando de aquí a allá limpiando mi mierda. En momentos como así me siento Indiana Jones, en vez de látigo tengo un trapo y aspiradora, el único tesoro que tengo que encontrar es el detergente (que en medio del desorden se perdió), mi única finalidad de hacer bien a la humanidad es que mi habitación huela “rico” (definan rico) y claro está, salir viva sin haber incendiado la casa, aunque no, eso sólo sería posible si es que estuviera en la cocina…

Hago algo, levanto una cosa, bailo con la música y una que otra araña…vuelvo aquí, a la hoja y escribo…

¿Planes para más tarde?

Sí, seguir viva.

El chico fácil.

¿Quién o qué es una chica fácil?...

¿Por qué mejor no comenzamos con “El chico fácil”?

El hombre por ser hombre no tiene que tener “dignidad” ¿acaso es un animalito sin cerebro que va detrás de sus deseos?, parece.

Veo todo un lío por haber besado a uno o dos compañeros de clase sin terminar “casándome” con ellos y la mala fama que me voy a hacer por ello, me siento en medio del siglo XV un poco más y estoy esperando a que venga la inquisición y me queme en aceite caliente.

La sociedad suele ser muy injusta con las mujeres, están “los tigres” y “las zorras”, los tigres son los hombres que con “derecho” (no sé quién les dio ese) pueden acostarse con quien quieran, mientras más mujeres tengan en su haber es mucho mejor, mientras más lejos hayan llegado mejor aún, obviamente con la mujer con la que se casen no puede estar en el grupo de “las zorras” tiene que ser una mujer de “su casa” que les haga la pantalla aunque luego quieran una zorra y la culpen indirectamente por no ser una, las zorras son las mujeres que simplemente disfrutan de la vida, del sexo, de los besos sin comprometerse y sin dejar de vivir, ¡pobrecitas! O mejor aún, hay que lapidarlas o cortarles las manos por estar a la altura de un chico fácil, del que nunca se dice nada más que elogios.

Para un chico fácil es difícil concebir que una mujer pueda o quiera disfrutar igual que ellos sin embargo estos hombres tienen tanta “moral” que utilizan a las llamadas chicas fáciles para su placer, ósea quéidiotas, lo curioso es que el chico fácil además de tener mucha “moral” y “sentido común” para juzgar a quien es parecida a ellos se siente también apoyado por chicas no fáciles que ayudan a hacer carga montón y decir que ellos son perfectos, intocables y las únicas culpables son las chicas fáciles por no darse su lugar, una vez como siempre la mujer es la que carga la responsabilidad de habérsela pasado bien, ella paga por el acto de un irresponsable con “moral” también.

Mueven la cabeza en gesto desaprobatorio, te llaman la atención y miran mal, mientras que a los chicos fáciles como sí nada y eso que sólo fue un beso o varios ya qué importa.

Para mi es fácil, ¡Pobres hombres! Que una vez más se ven salvados por códigos estúpidos que ellos sólo crearon para sentirse bien consigo mismos aunque sólo sean un grupo de fáciles, tengo más ovarios que ustedes, encasíllense entre ustedes porque soy libre y feliz.

Lo único que yo tengo en claro después de esto es que yo sé lo que importa, mis besos sólo valen cuando tengo un sentimiento de por medio, los demás sólo son un juego así como yo para ustedes ¡supérenlo!.

No más.

El estómago me duele, bueno no, pero siento algo extraño, es la confusión…me siento confundida con tantas cosas que se me vienen a la mente peor aún de que no soy yo, desde hace un tiempo no soy yo o de repente soy ahora alguien que nunca exploró ese lado mío y no me siento bien.

Está en mí, el seguir ¿pero a dónde?, a donde voy no me gusta, no me gusta y quiero cambiar la dirección pero en momentos como este me siento mierda, sé que me debo aceptar con todo, sé lo sé, alguien que amo mucho me diría bueno si lo hiciste, lo hiciste y ya, apechuga, es más te convendría hacerle la conchuda porque quien se mete a hacer tonterías tiene que aprender a responder a ello con hechos y todo, pero no, no es tan fácil.

Yo sé lo que es correcto, probablemente lo que he hecho no tenga solución, pero debo dejar de hacer tonterías, soy impulsiva sí, y mi mente anda distorsionada con ciertos aspectos pero si no quiero joderme y joder a gente que en verdad aprecio tengo que aprender a frenarme e ubicarme en el lugar en el que me encuentro, yo sé que esto no es ningún país de primer mundo donde ello no vale nada pero aun así los amigos son más importantes que todo ello, más que el gusto y que el disgusto y todo.

No quiero caer de nuevo en lo mismo, nunca más.

Límites, sentimientos, principios, mañana...

A veces los sentimientos te impiden hacer cosas, no sólo ellos, también las ideas y los principios que varían de persona en persona, de rostro en rostro, de ceja en ceja, de vello en vello.

Con suerte existe un mañana para todos, uno idílico, uno que marcará quién eres y a dónde vas, todo eso aún es una incógnita para mí.

Los límites, los sentimientos, los principios y el mañana tienen una forma distorsionada en mi cabeza…no quiero ser normal, no quiero que nada me límite, quiero algún mañana pero no el de todos, no el que se espera, que sean grandiosos, temáticos llenos de abundancia, eso quiero, libres.

Los sentimientos me siguen limitando aunque de una manera saludable, gracias a ellos distingo el juego, lo no trascendente de lo que vale, de lo que en verdad quiero, de quién en verdad quiero y eso lo aprecio somnolienta, contenta e inquieta porque hoy es mañana o lo que fue y ahora tengo que afrontar lo que no es trascendente pero nadie entiende.