Perezco pareciendo.



Parezco invisible
Parezco un rompecabezas sin piezas
Parezco y perezco en el intento de parecer y perecer.

Entre suicidas.



Casi todo el mundo se quiere acabar lenta o rápidamente...dije casi porque no quiero conocer a todos.

Estoy muy cansada, ya no importa.

22/12/2010

Far cry.



La pantalla está rallada y habla y habla...hace frío...¿no quieres escribir más para mí?
Yo uso y estoy cansada de que refuerces mi crueldad.

Sin hijos, sin hijos, sin usar los clones de la naturaleza como la del sombrero no estéril ¿Debo seguir sus pasos? ¿Debo?

Me ahorro hablar para no desesperar, que el vidrio y el agua hablen a esa razón, a esa inocencia que nos enloden. Porque en el otro costado de la sandía se mezcla tu indiferencia con la inocencia, ya sabes...acuchillando bondades nuestras.

Inocencia pecadora (mezcla de 1 y 2).



Su inocencia es pecadora, hace victimas y verdugos con palabras solitarias...
Me revienta y quiero taparla con corrector de lapicero, taparle la cuerda vocales, ser un error.

Por qué.



¿Por qué temer a la muerte si hacer nada es estar muerto?

Día equivocado.



Pongo treinta en primero, recuerdo sumergidos en sino, un plato de conservas y más ganas de volver a escribir sobre meses pero nunca en silencio.
Mis pijamas adornan los televisores nunca usados y no me puedo concentrar en el lapicero de ayer ni en la mesa floreada.
Mi concentración toma té verde con los músculos y sus deseos flamencos miran el nacimiento empolvado, ve a la virgen llorosa con polvo en la nariz.
¡Llora puta! ¡Llora virgen!...es bien sínica.
No ni se puede concentrar, alisarme las pestañas, no me puede encontrar.

I was happy - I'm happy - I will be happy.



No me puedo concentrar, debí estar en la "D" hace media hora hora y recién la acabo...
Escribí el I was happy - I'm happy - I will be happy cuando no lo estuve.
El ratón se comió mis pies amanerados con manera.

Hojas malogradas.



He malogrado cuatro hojas que nunca fueron lo último de nada.
No les pregunte, tal vez porque los saludos se hacen cada día más falsos y mi espalda se deforma más...
La tan hablada noche llega antes que el amanecer ¿Dónde puedo ir?
Estoy debajo de un folder, en el triángulo de una regla, en medio de una ley metafísica que no entiendo.
Se derraman las horas y el silencio, la inacción y un ahogado grito con bizcocho salado encima de la distancia física tangible y el refrigerador de sensación.

Nos acabamos.



La última hoja siempre está rasgada y siempre es arrancada...
Mis pilas parpadean el día de hoy, acaso ¿ya se acabo?.

¿Venir a qué?.



Me pregunto si podré descifrar mi letra al momento de transcribir todo esto, toda esta zanahoria, es mi cuaderno viejo.
Tal vez el cielo y yo, yo y el cielo hoy hemos elegido nublarnos, lo que quiero decir no sale y el sol ya no quema.
Los veranos no se sienten y es el frío con indicador de cuchillo al norte que no sé qué quiere decir.
Hay muchas hojas y resultados, la luz me habla, pero hay algo que tengo que decir, por eso abandoné Abril.

¿Venir a qué?.

No hay nada.



Existe alguna parte fuera del calendario olvidado de Abril, algo que decir.
Por eso he dejado los puntos y los días de abril un rato.

He cogido un lapicero anaranjado y comencé a escribir sin recordar en dónde dejé una manojo de letras y penas.
Supongo que fue en la gaveta y no hay gavetas, no hay nada.

Presta mañana.



Hay una comunión invisible y respetada, en el entreabrir los ojos a la vida de nuevo, mi almohada y tu recuerdo, un recuerdo de algo que nunca es ni fue, pero que la mañana se encarga de traer.
Trae a mí, el calor de unos brazos que no me abrazan, de una nariz que reposa en otra sábana, de vellos que no conocen mi piel...
Quisiera saber si te lleva la mañana esos recuerdos también, recuerdos míos que no sucedieron a tu cama, si se introducen a tu corazón, lo carcomen como los gusanos de la manzana, silenciosos llegan a tu inconsciente y alimentan a los náufragos del día anterior para convertirse en otros también.
Ahí tú y yo vivimos abrazados, compartiendo el pie izquierdo y la mano derecha, el ojo del cíclope y la oreja del sordo...
Quisiera saber, te quisiera saber si nos deberíamos vivir de esa manera o yo soy la única que te sabe y vive en distancia.

Gato negro.



Hay partes del cuerpo que no recuerdo
mientras veo un gato negro hecho de bolsa
en el basurero.

Hay quienes escriben bonito
quienes se esmeran o simplemente no lo hacen
pero encuentran la palabra adecuada...
Para describir gatos negros y
recordar al olvidado ombligo.

Quiero tal vez robarme sus ideas
ser poeta y escribir bonito...
Pero sólo puedo ver al gato negro
y olvidar mi cuerpo, las piernas.

22/12/2010


Idea peregrina.



Aún no me hago a la idea de que los días nos retrocederán.

Eterno resplandor de una mente sin recuerdos.




Acabo de ver: Eterno Resplandor de una mente sin Recuerdos.

La primera vez que la vi fue hace un año más o menos, casi por la misma fecha, casi por los mismos días marcados por un 0 y no 1, debo decir que me impresionó tanto como ahora, la primera vez que la vi no la entendí bien, pues debo decir que cogí la película por la mitad y se me hacía confusa sin embargo me gustó y hoy haciendo zapping por la Tv pagada, me volví a topar con la película, esta vez empezaba y me gustó tanto o más que la primera vez que la vi, esta vez nada quedo en el aire y la recordaba perfectamente ¿Quieren saber si se la recomiendo? Pues sí, es muy buena, no soy crítico de cine ni nada por el estilo pero en mi humilde opinión es genial.
Me gusta el reparto de la película, ver a Kate Winslet a quien considero una actriz versátil como pocas en Hollywood con el cabello pintado de colores vivos haciendo de Clementine esa mujer con la que yo al menos me identifico demasiado, impulsiva e imperfecta a más no poder, Jim Carry como Joe, dejando atrás esos pápeles tan cómicos, tan divertidos por el de un tipo introvertido, callado hasta aburrido…ellos dos son tal vez lo que llaman opuestos que se atraen y complementan pero eso no quiere decir que sea perfecto, eso no quiere decir que exista la ausencia de problemas…sin olvidar a Mark Ruffalo que es una actor impecable, adoro sus interpretaciones y la manera como se desenvuelve en cada papel que realiza, Elijah Wood que deja atrás en cierta forma al hobbit o al lindo chico, por ese demente que manipula e intenta enamorar inútilmente a alguien que perdió sus recuerdos y Kirsten Dunst no como alguna porrista que interpretó en alguna película para adolescentes sino ahora en un papel serio una secretaria que se enamora del jefe, del equivocado. Cada actor hizo lo suyo y cada uno a mi parecer fue diferente a lo que suele hacer, lo que es maravilloso y hace que todo sea fresco, una historia diferente con un guión original.
Yo antes de ver la película ya escuchaba a Beck con Everibody’s Gotta Learn Sometimes y la primera vez que vi la película, ignorando que ese era el soundtrack de la película me llevé una grata sorpresa, ahora que la volví a escuchar me trajo gratos recuerdos…recuerdos a 2010, ¡Diablos!, yo tengo una memoria maravillosa para recordar conversaciones y cosas que casi muchas personas olvidan y esta película me trae tantos recuerdos, buenos recuerdos que no sé si quisiera que se me disuelvan, que alguien los borre como en la película. La primera vez que la vi no me hice esta pregunta, no pensé que generaría en mi algún recuerdo y no la entendí tal vez como quise, esta segunda vez la entendí perfectamente y recordé a Febrero y a personas que parecen no estar y me puse a pensar si es que se pudiera borrar, si es que eso sucediera ¿lo haría?, me puse a meditar y pensé que de todo recuerdo, de toda mala situación se saca un aprendizaje por más difícil que sea y ahí queda para futuro, tal vez en un momento de locura, de impulso lo haría y tal vez estaría como Joe, tratando de esconder ese recuerdo tan preciado en otro.


Ustedes ¿Lo harían?.


Eres y es.




Te leo tanto como me leo, pequeñas frases que caminan entre silencios largos de dos conocidos muy desconocidos. Hace unas semanas las noches eran tan negras como las cabelleras de quienes vivieron aquí alguna vez, en un pasado lejano, unas semanas lejanas parecen también. Ellas me abrieron cicatrices profundas que no sanan aún y que tomaran tiempo, pero con unas cuantas lamidas tuyas siento que puedo tocar el cielo con las manos, me siento King Kong, una cocodrilo más fuerte y sonriente, que le sonríe a la lluvia y al pelo mojado, en vez de la chica de hace dos semanas, la chica también de Diciembre que pataleaba de cólera y de pena en una gotita de lluvia sin saber qué hacer. ¿Pero por cuánto durará todo esto?, preguntas como esas atenúan las sonrisas que dibujas en mi rostro, esas sonrisas que se dibujan hasta con los silencios más prolongados.
Eres la felicidad que el silencio te calla mientras mira esos ojos que yo aún no puedo ver, eres.

Brasil, Pele, lluvia.




Estoy viendo el Sud-Americano futbol sub – 20, bueno intentando pues ando un tanto distraída, juega Brasil vs Argentina, dos equipos que me gustan mucho pero cuando se enfrentan ambos, no puedo evitar ir por Brasil. Desde que soy niña, Brasil ha sido mi equipo favorito en los mundiales en especial porque admiraba y admiro en demasía a Pele
y eso que nunca lo vi jugar además de que siempre han contado según mi punto de vista jugadores de calidad.
En la puerta de mi habitación solía tener un poster pequeño del mundial de México 70, un viejo poster que ya no existe.
Hoy día jugaron Brasil vs Argentina en mi ciudad pues es aquí donde se está llevando a cabo el Sud – Americano y tenía la esperanza de verlos jugar, sin embargo la lluvia evitó que pueda ir a verlos, los resultados esta vez son favorables para Argentina pues ganó el encuentro y quiero ver qué equipo es el que gana este campeonato.
¡Qué gane el mejor!.

Para olvidar.




Una cantidad descomunal de recuerdos, se me vienen y me quitan las ganas de entender por qué estoy aquí y por qué debo continuar hacia algún lugar.
Mis días han sido luctuosos gracias a ello, ganas tan pobres de continuar, son depresiones con remedio de tiempo, pasará y pasará, pero mientras pasa los recuerdos me matan. No sé bien si viajar o un regreso hará bien pues me encuentro tan llorosa y tan dolida que no me siento ni mía y la garganta ardiendo gracias al frío del ambiente en el que me quedé.
Ganas de correr el tiempo, hacerlo avanzar a pasos ermitaños de recuerdos y de pasado, de todo eso en lo que me metí y supe desde el principio que sería un error dulce e irremediable.
Y no encuentro más que el canto de un ave para olvidar.
 
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